Beñat Bilbao, director asociado del World Economic Forum, habla sobre los obstáculos de Chile para seguir ganando competitividad y por qué no es un modelo a seguir para todo el mundo. Y asegura que las claves para cambiar eso son la innovación y la educación.
SANTIAGO.- El World Economic Forum (WEF, Foro Económico Mundial) presentó los resultados de su estudio sobre competitividad mundial que se realiza cada dos años. Se trata de un completo ranking que permite ver los avances que tienen las distintas economías del mundo en materia de su capacidad de competir con sus productos y servicios en el mercado internacional. Según ese informe Chile es el país más competitivo de América Latina. No obstante, ha retrocedido.
Beñat Bilbao, el economista español que desde su rol de director asociado del WEF es el responsable de difundir los resultados del estudio para América Latina, dice que Chile estará estancado en el ranking mientras no mejore en dos pilares principales: innovación y educación.
«Hoy la competitividad de Chile está basada en su buena disposición de recursos naturales», dice Bilbao. «Para seguir subiendo en el ranking debe invertir más en innovación y educación». El economista habló sobre la competitividad de Chile y la de América Latina.
-¿Cuáles fueron las conclusiones que considera como las más relevantes de esta nueva versión del estudio de competitividad global?
«Uno de los temas más interesantes del ranking de competitividad del WEF es la brecha que existe en competitividad. Los resultados son muy dispares en los países de la región. Hay economías que están bastante mejor que otras. Hay países que han hecho grandes esfuerzos por mejorar las eficiencias de sus mercados y la fortaleza de sus instituciones, mientras que otros están muy lejos de hacerlo».
«Otro elemento interesante es que la región en general ha tenido buenos niveles de crecimiento económico en la última década. Los últimos 6 a 7 años han sido muy buenos para América Latina, incluso a pesar de la crisis financiera y los problemas que han tenido muchas de las economías avanzadas».
Sin embargo, «cuando vemos los resultados en términos de competitividad, la historia es distinta. Aún hay debilidades estructurales que no se consiguen atajar. Debilidades en términos de infraestructura, en el tema de la educación, en el tema de la innovación… Ninguno de estos ha sido tema de apuestas que vayan a generar una transformación en términos de competitividad. En términos institucionales, con notables excepciones como Chile, la situación no da para ser tan optimista».
«Esto nos lleva a cuestionarnos hasta qué punto el crecimiento económico que ha tenido la región es sostenible en el futuro si no se mejoran estas deficiencias estructurales de competitividad”.
-Pero el ranking de competitividad muestra cosas positivas para la región. México y Brasil que suman cerca del 60% de la población latinoamericana tuvieron buenos avances en materia de competitividad. Lo mismo Colombia y Perú que suman un 15% adicional. Eso significa que gran parte de los latinoamericanos viven en economías que han ido incrementado velozmente su competitividad.
«Es verdad que son países que en términos generales mejoran en el ranking. Pero hay que ver los detalles de por qué están mejorando. Si bien en el caso de México la mejoría es más bien generalizada, en el resto de los países los avances están concentrados en lo que es el marco macroeconómico, y muy poco en lo que tiene que ver con temas más específicos como el desarrollo de los mercados, educación, innovación y otros».
-Los temas micro…
«Seguir subiendo en el ranking puede ser más complicado si no se desarrollan esos pilares más micro. Si no se hacen las reformas más estructurales que permitan avanzar en esos pilares, va a ser más difícil. Especialmente si el objetivo no es sólo subir en el ranking sino que mover sus economías a sectores que agreguen más valor a sus productos y servicios».
-¿Es lo que sucede con Chile y su estancamiento en el ranking?
«Chile es un caso particular en América Latina. Se ha mantenido como el país más competitivo basado en tres grandes áreas: el desarrollo institucional, el escenario macroeconómico y el buen funcionamiento de sus mercados. Pero hoy su competitividad está basada en su buena disposición de recursos naturales y para seguir subiendo en el ranking debe empezar a competir más en innovación. Educación e innovación son grandes temas de la competitividad. Mientras estos dos factores no mejoren de manera definitiva, veremos que la competitividad de Chile estará estancada».
«Los dos caballos de batalla, el gobierno y los empresarios, deben poner su esfuerzo en construir sistemas de innovación. Es costoso y lleva tiempo ver resultados. Si bien Chile ha hecho esfuerzos por fomentar la innovación, aún no se ven resultados palpables en nuestro índice».
-¿Es Chile un modelo de competitividad?
«En cierta manera Chile puede considerarse como un modelo, pero se considera como un modelo que hasta ahora ha dado resultados para países en estado de desarrollo intermedio. Países en los que es necesario desarrollar ese marco institucional, en funcionamientos de mercados y, relacionado con ambos, en el entorno macroeconómico. Sin embargo, si comparamos Chile con otras economías que hace algunos años tenían niveles de desarrollo similar y que han seguido trayectorias muy distintas como podría ser el caso de Corea o de Singapur, lo que hemos visto es que esos países, además de lo de Chile, también han invertido de manera constante y durante mucho tiempo en educación e innovación. Eso es lo que los ha llevado a niveles de desarrollo superiores».