El presidente de Chile, Sebastián Piñera, defendió hoy el proyecto de presupuesto 2013, que aumenta la partida de Educación tras más de un año de protestas estudiantiles, pero con un tope del 5 % en el aumento del gasto, para evitar caer en problemas de déficit.
Piñera, , fijó en el 5 % el «tope» del aumento del gasto público en 2013 respecto del de este año, que alcanzó a unos 60.000 millones de dólares.
Según dijo este lunes el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, si se comparan las cifras de 2012 y las propuestas para el 2013, el aumento del gasto público será exactamente del 4,8 % real, equivalente a 3.000 millones de dólares.
Este incremento «está en línea con el crecimiento de tendencia (crecimiento ideal de una economía en un período determinado, excluidos los factores de coyuntura), que está en el 5 %», dijo Larraín en una rueda de prensa.
El encargado de las finanzas públicas aseguró además que, conforme a un compromiso asumido por el gobierno en 2010, «vamos a llegar» a un déficit estructural del 1,0 % (del PIB) en 2013.
Las cifras del proyecto, que iniciará este martes su tramitación en el Congreso y que tiene de plazo hasta el 30 de noviembre para ser aprobado, fueron en principio acogidas favorablemente por la oposición, que temía un exceso de gasto en 2013, por ser un año electoral, con comicios parlamentarios y presidencial.
Según diversos dirigentes opositores, el proyecto «se ve potente» y «dentro de lo previsto», aunque advirtieron su preocupación en lo que se refiere a la ejecución presupuestaria, que según el senador radical José Antonio Gómez ha sido deficiente.
En educación, el elemento más controvertido del proyecto, la ejecución presupuestaria llegaba a sólo un 28 % a fines del pasado julio, dijo Gómez, que añadió que también en otras áreas hay recursos aprobados que no se gastan.
Después de las masivas y persistentes movilizaciones estudiantiles, Piñera ha anunciado para educación un presupuesto de unos 12.800 millones de dólares, cifra que supone un 9,4 % y equivale a unos 1.200 millones de dólares más que en 2012.
Sin embargo, sectores de la oposición consideran que las cifras son «un engaño», porque este aumento quedará absorbido casi completamente con los recursos de una reforma tributaria recientemente aprobada, cuyo objetivo precisamente era financiar la mejora del sistema educativo.
Entre los detractores figura incluso el senador Hernán Larraín, que es vicepresidente de la oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI), quien señaló que la partida de educación supone un incumplimiento por parte del Gobierno de compromisos asumidos al margen de la reforma tributaria.
Según este parlamentario, si el Ejecutivo incluyera esos compromisos, el aumento en esta partida debería ser de unos 1.600 millones de dólares.
Sin embargo, el presidente aseguró hoy que «uno de cada tres pesos en el gasto se está invirtiendo en educación».
Según Piñera, los recursos en esta materia «crecen más» que los 1.200 millones de dólares anunciados, porque hay que incluir dos medidas que no están incluidas en las partidas del Ministerio de Educación, sino en el de Hacienda, aunque representan un aumento de recursos para el sector de la enseñanza.
Por su parte, el ministro de Hacienda aseguró hoy que sin la reforma tributaria, el gasto público habría crecido 2,5 % en vez del 5 % el próximo año.
Larrain añadió que dicha reforma recaudará un promedio anual de 900 millones en el próximo quinquenio.
«Tendremos que buscar fórmulas alternativas para tener recursos (para mejoras educativas)», explicó el ministro Larraín, quien menciono que entre esas alternativas está «el crecimiento económico».
El presidente Piñera subrayó la «seriedad» de su gobierno respecto del gasto y la comparó con las políticas que, a su juicio, se han seguido en países europeos actualmente en crisis.
«Podríamos aumentar el gasto de forma irresponsable ¿Para qué? ¿Para terminar como Grecia o España? El presupuesto de Chile significa mejorar, avanzar. Esa es la diferencia en un país serio, que hace las cosas bien», sostuvo.
«Todos los economistas serios dicen que estamos en el límite del gasto. ¿Qué más fácil sería para este presidente decir que si a todo lo que le piden?», se preguntó.
«Nosotros no vamos a caer en la irresponsabilidad, la demagogia y el populismo que llevaron a las economías a las crisis que hoy están viviendo. Caer en el populismo sería traicionar a los chilenos», insistió.
Sobre este punto, el ministro de Hacienda criticó a quienes por un lado «alegan para que se gaste más en educación y por otro piden que no se aumente tanto el gasto público.
«Hay que tener una cierta consistencia en lo que se plantea», sentenció.