El favorable crecimiento de 5,2% que exhibió la economía chilena en 2010, se explica en gran medida por un inusual crecimiento del factor trabajo, fenómeno íntimamente ligado, además, al vigor de la demanda interna.
La productividad total de la economía, en cambio, volvió a registrar un retroceso, estimado en torno a un 0,6% por la la Cámara de Comercio de Santiago.
Para 2011, las proyecciones de la CCS apuntan al primer crecimiento de la productividad en seis años, si bien se trata de un moderado 0,4%.
Durante 2010 la generación de nuevo empleo y de nueva inversión fue extremadamente elevada.
De acuerdo a la Nueva Encuesta de Empleo que operó en marcha blanca durante 2010, las nuevas ocupaciones superaron las 450 mil plazas laborales, lo que sobrepasa con creces los 150 mil ó 200 mil empleos anuales históricos.
La dotación total de factores creció en 5,8%, lo cual consideró la reposición del stock de capital destruido por el terremoto, y que fue valorizado en US$ 20 mil millones. Sin embargo, el PIB creció sólo en 5,2%.
Una comparación con el terremoto anterior en Chile muestra que este desempeño fue relativamente positivo.