El score crediticio es una “fotografía” numérica o puntaje del informe comercial de un consumidor en un momento específico y lo utilizan las empresas para comprender mejor la salud financiera del mismo.
El score crediticio se genera mediante una formula matemática que utiliza los datos del informe comercial de TransUnion de un individuo, y representa la posibilidad de que un evento de incumplimiento ocurra en el futuro.
Estos modelos se utilizan actualmente por entidades financieras, aseguradores, inmobiliarias y empresas de servicios de públicos entre otras, para evaluar el comportamiento crediticio de los clientes.
El score crediticio puede apoyarlo para tomar decisiones más informadas, además puede ayudar a reducir las ineficiencias asociadas a la subjetividad, procesos manuales y falta de información. También puede ayudar a reducir la exposición al riesgo, cumplir con requisitos regulatorios e incrementar la rentabilidad de su portafolio.
Existen diferentes tipos de scores, cada uno desarrollado para fines de evaluación específicos. Los distintos scores evalúan diferentes elementos relacionados con el perfil crediticio de un consumidor. En Chile el score genérico de riesgo para personas contiene información socio-demográfica, y de antecedentes comerciales y crediticios.
Los puntajes FICO Score tienen un rango de puntaje de 300 a 850. Cuanto más alto es el puntaje, más bajo es el riesgo. Pero ningún puntaje permite saber si un determinado individuo será un «buen» o «mal» cliente.
Si bien muchos acreedores utilizan puntajes FICO Score para tomar decisiones de préstamo, cada acreedor implementa su propia estrategia, que incluye el nivel de riesgo que considera aceptable para un determinado producto de crédito. No hay un único «puntaje límite» que sea utilizado por todos los acreedores, y existen numerosos factores adicionales que los acreedores utilizan para determinar sus tasas de interés actuales.
Factores que inciden en la calificación
El factor más importante es, sin duda alguna, pagar a tiempo nuestros créditos. Si nos atrasamos en algún caso por un olvido, pongámonos al corriente y la calificación irá mejorando de manera paulatina.
El siguiente factor en importancia, es nuestro nivel de endeudamiento, sobre todo en créditos revolventes.
No se necesita ser un experto para adivinar cuál tiene un riesgo más alto y una capacidad de endeudamiento más limitado.
El monto de los pagos que solemos hacer es el que sigue. Es decir, la gente que paga cada mes el saldo total de sus tarjetas de crédito (pago para no generar intereses) tiene una mejor calificación que aquellas que están acostumbradas a pagar sólo el mínimo.
Número de consultas a nuestro historial crediticio. Por lo tanto, el hecho de tener muchas consultas en poco tiempo, afecta en forma negativa a nuestra calificación crediticia.
Tiempo de registrado en el Buró de Crédito. Este factor incide porque no es lo mismo una persona que ha tenido crédito durante muchos años, que una que acaba de iniciar su historial. Se pueden ver patrones de conducta más maduros en la primera.